
Una vez más las instituciones europeas menosprecias a nuestros intelectuales más sólidos. Esta vez, la fechoría perpetrada por las autoridades sanitarias europeas, ha sido dejar fuera del grupo de expertos sobre la pandemia a Ana Rosa y a Belen Esteban.
Este menos precio a los ciudadanos del sur comunitarios se hace patente día a día con cada una de las decisiones de la eurocámara: no subvencionar los toros, querer declarar el lanzamiento de cabra desde el campanario como evento de interés comunitario, etc.
Ahora, a todos estos agravios, se añade que hayan dejado fuera del grupo de expertos en Covid-19 a la reina de las mañanas y a la reina de las «cocretas». Y todo por pura envidia. Y sin embargo envían a ese indocumentado epidemiólogo, Fernando Simón. Si aun hubiesen elegido a una de nuestras mentes más preclaras como Federico Jiménez Losantos, pues aun, pero no. Una vez más, Europa nos margina.